lunes, 11 de marzo de 2013

Milagro De Berceo


MilagroVI
El ladrón devoto
Este milagro trata de un ladrón que prefería robar a ir a la iglesia pero tenia bondad porque creía en la Virgen. Le pillaron y le ahorcaron pero antes de que lo hicieran la Virgen lo salvo. Unas personas lo intentaron matar pero la Virgen se opuso y estos le dejaron para no ir contra ella. Al final su vida mejoro y no robo más.

Proceso de fabricaciòn del pergamiono en la Edad Media



El término pergamino procedente del latín medieval pergamenum, tiene su origen en la ciudad de Pérgamo donde en el siglo II a. de C. , bajo el reinado de Eumenes II, fue inventado debido a la falta de papiro para escribir debido a un bloqueo.
El pergamino esta hecho de pieles de animales, se emplearon todo tipo de animales para su manufactura corderos, vacuno, venados, cabras incluso ardillas.
Para la fabricación de un buen pergamino es esencial que la piel sea de buena calidad, ello implicaba un cuidadoso proceso de selección de los animales, que por aquel entonces sufrían gran número de enfermedades que dejaban huellas en su piel que persistirían en el pergamino.
Una vez obtenida la piel se lavaba con agua fría y corriente durante un día y una noche. La caída del pelo se forzaba poniendo en remojo la piel en una tina de madera o piedra a la que se añadía una mezcla de cal y agua y se removía varias veces al día con una pértiga de madera. La caída de la piel se producía entre tres y diez días.
Pasado este tiempo las pieles se sacaban de la tina y se colgaban en una gran plancha de madera curvada y vertical con el pelo hacia fuera. A continuación, el pergaminero, raspa el pelo de arriba hacia abajo con una cuchilla larga y curvada con asas de madera en los extremos. Aparece la piel desnuda, con tonalidades del rosado al marronáceo en función del color del pelo. El lado del pelo es el que se presenta granuloso en el pergamino. Si es posible también se raspa la primera capa de piel. Una vez eliminado el pelo la piel vuelve a la tina.
A continuación la piel vuelve a la plancha de madera por el lado de la carne para eliminar los restos de carne con la cuchilla corva.
La piel limpia de pelo y carne se vuelve a una tina con agua limpia durante dos días más para eliminar los restos de cal.
El siguiente paso es el secado de la piel extendiéndola bien tensada en un bastidor de madera habitualmente circular.
La piel se sujeta el marco incrustando en su periferia pequeñas piedrecillas que producen unos bultos que son enlazados con cuerdas, estas se unen a una clavijas ajustadas al marco de madera que permiten variar la tensión del pergamino conforme se va secando y encogiendo. La piel queda a modo de trampolín sujeta al marco. A veces cuando se tensa la piel aparecen roturas debido a imperfecciones de la piel o cortes accidentales que son reparados por el pergaminero con aguja e hilo para que no se hagan más grandes. La piel se mantiene mojada a base de paletadas de agua caliente, entonces se procede a rasparla nuevamente con un cuchillo de hoja curva con asa en el centro denominado lunellum, el raspado es profundo y se efectúa por ambas caras, continuamente se han de ajustar las clavijas para que la piel esté lo más tensa posible. A continuación se deja secar la piel al sol ya que interesa un secado rápido.
Una vez completamente seca la piel se vuelve a raspar, las peladuras desprendidas pueden reutilizarse para hacer colas. La intensidad del raspado depende de la delgadez que se desee en el pergamino, el la primera época los pergaminos eran bastante gruesos, pero hacia el s. XIII se obtenían pergaminos con una finura casi de papel de seda. El lado granuloso del pelo se ha raspar de modo especial para eliminar el brillo satinado que impedía la escritura.
Una vez terminado se saca el pergamino del bastidor y se almacena hasta su venta.
Éste pergamino todavía no es apto para recibir la escritura, para poder escribir el pergamino había de ser pulimentado con ante, frotado con yeso y por último cortado con las medidas de máximo aprovechamiento de la piel.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Rodrigo Diaz De Vivar.
Rodrigo Díaz (¿Vivar del Cid, provincia de Burgos?,[2] c. 1048[3]Valencia, 1099) fue un caballero castellano que llegó a dominar al frente de su propia mesnada el Levante de la península ibérica a finales del siglo XI de forma autónoma respecto de la autoridad de rey alguno. Consiguió conquistar Valencia y estableció en esta ciudad un señorío independiente desde el 17 de junio de 1094[4] hasta su muerte; su esposa Jimena Díaz lo heredó y mantuvo hasta 1102.
Se trata de una figura histórica y legendaria de la Reconquista, cuya vida inspiró el más importante cantar de gesta de la literatura española, el Cantar de mio Cid. Ha pasado a la posteridad como el Campeador o el Cid (del árabe dialectal سيد sīdi, 'señor'). Por el cognomento de «Campeador» fue conocido en vida, pues se atestigua desde 1098 en un documento firmado por el propio Rodrigo Díaz,[1] y las fuentes árabes del siglo XI y principios del XII lo llaman الكنبيطور <alkanbīṭūr> o القنبيطور <alqanbīṭūr>,[5] o quizá (teniendo en cuenta la forma romance) Rudriq o Ludriq al-Kanbiyatur o al-Qanbiyatur ('Rodrigo el Campeador');[6] el sobrenombre de «Cid», aunque se conjetura que ya pudieron usarlo como tratamiento honorífico y de respeto sus coetáneos zaragozanos[7] o —más probablemente— valencianos[8] (y se aplicó también a otras personas), aparece por vez primera en el Poema de Almería, compuesto entre 1147 y 1149. En cuanto a la combinación «Cid Campeador», se documenta hacia 1200 en el navarro-aragonés Linaje de Rodrigo Díaz que forma parte del Liber regum (bajo la fórmula «mio Cit el Campiador»), y en el Cantar de mio Cid.[9